Continuando con la idea de
la llegada de los imperios español y portugués al continente americano, se
destaca la actuación de Jhon Cabot a través de una orden dada por Enrique VII, este
debía confirmar que los hallazgos
realizados por Colón eran insulares. Para 1947 este llegó a Nicaragua, país en el
cual se originó la palabra AMERRIQUE, correspondiente
a la lengua de un pueblo nativo de dicha área, cuyo tronco lingüístico seria el
maya quiché, tal como lo refiere Steinsleger, J (2005) en su artículo, América nació en Nicaragua. Además
plantea, el misterio que envuelve la presencia de Amerigo Vespucci en América,
siendo este al cual se le atribuye el nombre de América, hecho que responde a
la actuación del geógrafo y cartógrafo Martin Waldsemüller, el cual publicó en
1507 un mapa del nuevo mundo con el nombre ya indicado.
Señala, Galeano, E (2000) “Nuestra
comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó
en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se
abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta”. (p.1).
Vemos pues, parte de los hechos vividos para ese entonces en Europa
específicamente en Italia, donde se desarrolló el renacimiento, aunado a la
expansión de los imperios dando apertura a los papeles de opresor y oprimido. Además
así se dá inicio a la lista de nombres, referidos al continente mencionado,
entre los cuales se destacan: América, Nuestra América, América Española (en
calidad de colonia, posteriormente se haría referencia solo al aspecto lingüístico),
el continente colombiano, este ultimo viene a ser usada durante el siglo
XVIII-XIX por Francisco Miranda en el proceso de emancipación, Simón Bolívar a
través de sus manifiestos y cartas también se suma a esto.
En la misma línea de ideas,
cada imperio va a mostrar su deseo de expansión sobre el continente, así pues surgió
la toma de cierto territorio por quienes poseían el poder, más allá de la colonización
y posterior emancipación, también se dio el acuerdo y las pérdidas de
territorio entre las metrópolis. Posterior
a tales hechos se desarrolla la independencia de Estados Unidos (1776), la Revolución
Francesa (1789), el romanticismo, la ilustración, hechos que causarían cambios
en la mentalidad de los individuos, y aumentaría también el sentido de
nacionalismo, defendiendo a la América del yugo extranjero, ya no como algo
ajeno y aislado, sino como algo único, distinto con sentido de pertenencia. De
allí, la importancia de comprender la estructura detallada que dio como
resultado América
Tomando en cuenta lo
expresado por, Ardao, A (1980). América responde
a un estructura: geográfica, política, lingüístico cultural, étnico-cultural. En
cuanto a lo político: “América del Norte, o Septentrional, es la que comprende
a Estados Unidos y Canadá; América del Sur, o Meridional, la que se extiende
desde México inclusive hasta Tierra de fuego. Vemos pues, una visión
correspondiente a la época colonial y de independencia, en la cual se anexa a México
y América Central, como parte netamente del Sur, sin siquiera hacer mención de
esta última. En cuanto a lo cultural indica la existencia de las Américas, cada
una responde a las metrópolis que ejecutaron su poder sobre dicho continente,
connotación que en un principio respondió al dominio y luego al ámbito
lingüístico, de allí el por qué de la América Española, francesa, holandesa o
inglesa, sin olvidar la existencia y supresión de las lenguas nativas.
Cabe agregar, la categorización
de esas cuatro Américas en Hispanoamérica (“países americanos de origen
español”), Iberoamérica (origen español y el Brasil). Por supuesto estos
términos, buscan mostrar la relación, con las metrópolis que ejecutaron su implantación
progresiva por todo el continente, la misma que no se limitó a los lingüístico,
sino que incluyó lo cultural, religioso; una búsqueda por callar cada pueblo
nativo, a través de la guerra, la supresión; forzándolos a un cambio, de libres
a vasallos, Amerrique ahora se
encontraba empañada en sangre, esclavitud, represión, explotación de recursos, víctima
de enfermedades desconocidas, bañada de latifundio y dictaduras.
Señala el autor, “América es
aquella cuya cultura es la propia característica de los pueblos latinos” (p.22).
Connotación que por supuesto hace referencia a la herencia de Europa en cuanto
a su lengua, cultura, religión, entre otros. Es preciso señalar, que tal nombre
es producto de largos procesos y ha respondido a diferentes cambios sociales,
políticos, económicos, culturales, el llamado continente colombiano por parte
de Francisco de Miranda, debió afrontar procesos de emancipación, los mismos
que se enmarca entre la nación y el nacionalismo, este último indica el sentido
de pertenencia por parte de los escritores, historiadores e inclusive por los
naturales que se mostraron en contra del mando ejecutado por manos monárquicas,
extranjeras o dictatoriales.
Sugiere Chevalier, M (1836) “las dos ramas, latina y germana, se han reproducido
en el Nuevo Mundo. América del Sur es, como la Europa meridional, católica y
latina. La América del Norte pertenece a una población protestante y
anglosajona” (p.55). Con referencia a lo anterior, se aprecia el criterio enfocado
por Chevalier, el cual plantea su visión de Francia como la tierra en la cual
radicaría el poder, además hace hincapié en relacionar a Europa y América. Es así
como se indican tres etapas: en la primera se da la llegada de los imperios al
mencionado continente, el cual fue llamado Indias, Indias Occidentales, Nuevo
Mundo, América. Seguidamente en el siglo XIX toma forma el sentido de americanos,
dándose la gesta independentista, y en la tercera se logra apreciar una nueva
expresión como lo es América Latina.
En relación a lo anterior, la
connotación América Latina, responde al latín, cuya lengua fue utilizada en la
Antigua Roma. Posteriormente, viene a formar parte de las poblaciones del Mar Mediterráneo
y su periferia, así se dio la expansión mundial de esta a través de la
conquista en: África, América y demás. De allí, el por qué el autor clasifica a
la América Sajona (origen inglés) y Latina (origen español, portugués y Francés),
estas a pesar de formar parte de un mismo continente, vienen a ser muy
diferentes, la primera busca imponerse, a través de su creencia, “su destino
manifiesto”, deseos inmensurables de dominio y expansión territorial; la
segunda por el contrario se enmarca en la explotación de recursos y
estancamiento, hecho que resultarían transcendentales en su historia y
desarrollo o concepción de progreso.
Cabe agregar, que las ideas
del francés, responden al papel histórico desempeñado por su país, este además
viene a centrar sus criterios en aspectos relativos a la raza, a ello responde
la caracterización de América, en cuanto a su lengua, religión, entre otros. Así
clasificados entre germanos y latinos, viene a expresar su desacuerdo en cuanto
a Estados Unidos e Inglaterra, respecto a la expansión realizada, muestra de
ello fue su posicionamiento sobre el norte de México (1848), como bien lo
señala Arosemena, J citado por Guerra, S., Maldonado, A. (2000) dándole el
calificativo del águila del norte, esa que deseaba expandir sus alas sobre todo
el continente. Sin embargo, parte de ello lo logró y aun en el siglo XXI los
anhelos de esta no han menguado.
Según se ha visto, para
llegar al termino América Latina, se debió primeramente experimentar largo
procesos, los cuales respondieron a determinado contexto histórico, social,
político y religioso. Es en el siglo XIX a finales de los años cincuenta (50),
cuando se comenzó a utilizar dicho apelativo para referirse al mencionado
continente, hecho que se le atribuye a Michel Chevalier, quien a través de sus
viajes, relaciones políticas y criterios, señalados como racistas hasta cierto
punto, dio uso a través de sus escritos, a esta palabra, la misma que relacionó
con los pueblos antiguos de la península Ibérica e Itálica, así como con los pueblos germanos. Indica
pues, la herencia europea, imposición y transculturación ejecutada sobre el
continente americano.
Finalmente, América viene a
estar unida por sus naciones originarias, raíces históricas imborrables, así
como también por sus peculiares características geográficas, esta por su parte
responde a la siguiente estructura política: América del Norte (México, Estados
Unidos y Canadá), Centroamérica, el Caribe y América del Sur. La América Latina ha sido y es parte de
proyectos visionarios (Francisco de Miranda, Bolívar) los cuales han buscado su
integración, pues siempre se ha limitado al papel de proveedor de las potencias
que albergan el poder, los mismos que se posicionan en los primeros lugares,
con el desarrollo como su estandarte. La América Latina pos su parte deja
evidencia de su heterogeneidad, y fuerza en cuanto a la búsqueda y esfuerzo por
su total emancipación.
REFERENCIAS.
Ardao,
A (1980). Génesis de la idea y el nombre de América latina. Caracas: Consejo
Nacional de Cultura.
Galeano,
E (2000). Las Venas Abiertas de América Latina. (16ª. ed.). Madrid, España:
Siglo XXI de España editores.
Guerra, S., Maldonado, A.
(2000). Sobre el origen del nombre de América latina. [Documento en línea].
Disponible:
https://mail-attachment.googleusercontent.com/attachment/?view=att&th=13734a77e973d660&attid=0.1&disp=vah&realattid=file0&safe=1&zw&saduie=AG9B_P_MM3jB66G2sGZXPj92MQVZ&sadet=1337010075192&sads=ieWfT7D_qjFwomczQYy5ldNbmNs&sadssc=1
[Consulta: 2012, abril 09]