Elaborado por: Ferrer, D (2012)
Bajo la perspectiva Eurocéntrica, tenemos que a partir
del siglo XV se dio inicio a los viajes de exploración por parte de Portugal y
España, consecutivamente se anexarían los demás imperios de ese entonces. En lo
que respecta a los viajes de Cristóforo Colombo(Cristóbal Colón), se aprecia la
influencia religiosa, pues este al llegar en 1492 a Amerrique (posteriormente América),
creyó estar en el paraíso terrenal, su primer punto de llegada lo llamo: San
Salvador, luego paso por Cuba la cual recibió por nombre Juana. Se destaca
además su carta descriptiva respecto a los pobladores nativos de las tierras
exploradas, hasta el momento.
Señala Galeano, E (2000). “América no solo carecía de
nombre. Los noruegos no sabían que la habían descubierto hacia largo tiempo, y
el propio Colon murió, después de sus viajes, todavía convencido de que había
llegado al Asia por la espalda” (p.11). Existen infinidad de opiniones respecto
al papel desempeñado por Colón, así como también del nombre dado al continente,
hay quienes sugiere que este se relaciona con Américo Vespucio, a través de su
carta Nuevo Mundo, aunado a la actuación de Martín Waldsemuller, a través del mapa
que llevo por nombre América. Es preciso señalar que en Nicaragua, se
encontraban asentados pueblos nativos que hacían referencia a dicho territorio
como Amerrique (la tierra donde siempre sopla el viento), evidenciándose una
cercana y clara relación entre dicha palabra y el nombre actual del continente.
Tomando en cuenta lo expresado por, Ardao, A (1980) en su obra Génesis de la idea y el nombre de América
latina. América va experimentar tres etapas históricas: la primera responde
a la llegada de los imperios, la segunda a la supresión de los pueblos nativos
que dió paso a la colonia y la tercera el proceso independentista, cuya proeza
es histórica, tanto nacional como continentalmente y por qué no mundialmente,
es el proceso emancipador de las colonias, el mismo que se daría de manera
progresiva, ello ante las secuelas dejadas por la esclavitud, explotación de
recursos, implantación religiosa, política, cultural, el papel constante de
proveedores aunados a hechos que dieron paso a cambios, como lo fueron la Independencia
de los Estados Unidos de Norteamérica (1776), Revolución Francesa(1789), Declaración
de los derechos del hombre y ciudadano y posteriormente los de la mujer, aunque dicho hecho está enmarcado en
una sociedad de contradicciones, la misma que llevara a la guillotina a esa mente
ideadora, pensante, que planteo nuevas leyes entorno a los derechos de las
féminas (Olimpia de Gouges).
Es de señalar, la polémica existente en torno a la noción
de independencia, desarrollo y derechos humanos; ya que la América del Sur para
ese entonces estaba valorada desde México hasta la tierra del fuego, a pesar de
su extensión territorial, se mostraba minusválida ante la amenaza expansionista
de la que Michel Chevalier llamaría la América Anglosajona, germana,
protestante, esa misma que mostro desde sus principios cada intención ejercida
en sus movimientos. Asimismo, el sur deberá enfrentar más allá de una gesta
independentista, un nuevo gigante sobre toda su extensión y ese recibe por
nombre: dictadura. Sí. esa misma que causaría estancamiento en cada nación,
además de una realidad irónica y es que aunque ya independientes, por lo menos
en lo político, se mantenían aún como proveedores de recursos, de los cuales no
se recibía el ingreso ideal, aunado al poder centralizado que daría paso a la
actuación y levantamiento de los sujetos activos en dicha realidad.
Ahora bien, para que un pueblo lograra actuar ante sus
realidades, necesitaba un líder que lo dirigiera, es allí donde surge la fuerte
influencia ejercida por los intelectuales, tal como lo señala Petras, J (s.f)
estos actuaban para y por el bienestar de cada ciudadano, a través de sus
libros, periódicos, revistas, reuniones, sindicatos y demas; (medios
controlados por quienes albergaban el poder). Sin embargo, parte de la
transformación del ser, se inicia a través de la lectura, cuando el individuo
llena su mente de información valiosa, su entorno empieza a cambiar; dependerá
por supuesto de las acciones realizadas en pro de lograr dicho objetivo. Sin
duda, eso lo sabían y practicaban los intelectuales de América en ese entonces,
pues lo dejaron en evidencia a través de cada lucha en contra de la opresión interna
y externa. Posteriormente el ser intelectual, perdió su rumbo, tal vez los
fuertes rayos del sol causaron deslumbro y los enrumbo hacia los intereses por
el bien individual, satisfacción económica y social.
Al respecto refiere, Cabrujas, J. (1995) “Una imagen
viene de un lado y otra imagen la genera un pueblo de sí mismo” (p.1). En mi
opinión, de la teoría a la práctica existe mucha distancia, si bien es cierto América
conto en un entonces con intelectuales que actuaban para ayudar pueblo. El
mismo que conoce muy bien qué es el hambre y frio, el delirio, ausencia o
permanencia, abandono y desidia, si esta última, es tan evidente en quienes están
al mando, son estos los que hacen promesas utópicas a través de cada discurso,
previamente maquinado y elaborado, con la finalidad de disfrazar la falacia en
verdad. Y esta realidad se evidencia en cada proceso concerniente a América,
para los españoles luego de la conquista, el nuevo mundo no era más que
atrasadas colonias que proveían los recursos necesarios, y lo peor de todo,
estaban llenas de gente sin alma, ni pensamiento, muestra del trato inferior
ejercido hacia los pueblos nativos y africanos;
estos últimos eran perseguidos, cazados y traídos en condiciones infrahumanas.
En cuanto, a la discriminación estaba basada en una concepción majadera creada
por la iglesia, la misma que establecía (aun lo hace) teorías según el momento
e interés existente.
Continuando la idea, aparte de la condición de proveedor,
trabajo forzado, y estancamiento económico, se viene a dar la polémica respecto
al sentir y pensar del individuo americano, ese que fue calificado por Michel
Chevalier a través de la raza, de su lengua, religión. La América Española o Iberoamérica,
como solía llamarla. A lo expuesto anteriormente surge la siguiente
interrogante: ¿hasta qué punto llega la viveza criolla? Si bien es cierto, en
este continente se han dado acontecimientos históricos, observados incluso a
nivel mundial, incluyendo allí la gestión (aceptable para algunos y para otros
no) de: Simón Rodríguez, Simón Bolívar, Francisco de Miranda, Antonio José de
Sucre, entre otros. Estos se convertirían en inmortales, por lo menos en cuanto
a lo histórico se refiere. Sin duda, su pensar era visionario, amamantado con
la leche de la lectura y fortalecido a través de los viajes, relaciones en el
extranjero, la búsqueda del por qué. Contrario, a quienes tanto ayer como hoy,
se mantienen inertes ante las bofetadas sociales, políticas, económicas,
culturales, semejante a la constancia del agua sobre las rocas, cuyo objetivo
es fragmentarla.
Resulta oportuno parafrasear las palabas del premio Nobel
1982; el señor Gabriel Gracia Márquez, esta realidad de muerte, hambre,
pobreza y opresión, parece ya parte
imborrable de la conciencia del individuo latinoamericano. En mi opinión, se
asemeja a una herencia genética, un destino ante el cual muchos se muestran
resignados, como si no hubiera un motivo valido para cambiar y buscar un mas allá,
preguntándose el por y para qué. Quizás alejaron de su esencia humana las raíces
ancestrales de esos que no compraban ni vendían la tierra; pues era su
pachamama, conocían muy bien la diferencia entre viveza y astucia, esta última
fue la que les permitió luchar y nunca rendirse ante sus adversarios. Tan
necesaria, por estos días en los cuales se cree sin mayor reflexión en
cualquier promesa o palabrería ejecutada por los lobos vestidos de ovejas, que
astutamente desarrollan sus gestiones en medio del rebaño, el mismo que se
dirige sin mayor conciencia hacia la trampa que lo convertirá en presa mortal.
REFERENCIAS.
Ardao, A (1980). Génesis de la idea y el
nombre de América latina. Caracas: Consejo Nacional de Cultura.
Cabrujas, J (1995). La viveza Criolla.
Destreza, mínimo esfuerzo o sentido del humor. [Documento en línea]. Disponible: http://www.analitica.com/bitblioteca/cabrujas/viveza.asp
[Consulta:
2012, abril 13]
Gabriel Gracia Márquez. (s.f). La
soledad de América Latina. [Documento en línea]. Disponible: http://www.archive.attac.org/attacinfoes/attacinfo564.pdf[Consulta: 2012, abril 13]
Galeano, E (2000). Las Venas Abiertas de
América Latina. (16ª. ed.). Madrid, España: Siglo XXI de España editores.
Petras, J (s.f). La metamorfosis de los
intelectuales Latinoamericanos. [Documento en línea].
Disponible: http://es.scribd.com/doc/23496003/Petras-James-LA-METAMORFOSIS-DE-LOS-INTELECTUALES-LATINOAMERICANOS[Consulta: 2012, abril 13]
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